CASOS
PRESENTADOS EN LA ÚLTIMA CLASE DEL CURSO EN ISSA (DONOSTIA) EL 9 DE ABRIL DE
2014 SALVO EL DE ANGÉLICA JIMÉNEZ SANTAMARÍA QUE POR SER ESTUDIANTE DEL
PROGRAMA ERASMUS LO PRESENTÓ EN DICIEMBRE DE 2013
AUTORA: ALVAREZ CAMPANO JULIA
Despido injusto a causa de maternidad
Matilde, asistente de dirección de una empresa dedicada a
la publicidad y relaciones públicas, está casada y tiene dos hijos. A sus 32
años de edad, después de haber pasado por diferentes puestos en la empresa, le
conceden el ascenso que siempre había deseado. Matilde tenía una buena relación
tanto con los empleados y trabajadores como con el director general de la
empresa, pero esto llegó a su fin cuando le comentó a su jefe que estaba embarazada.
El ambiente de trabajo había cambiado por completo, el jefe cada vez le
asignaba menos tareas cediéndoselas a sus compañeros y añadiendo que los
últimos trabajos que ella había realizado no eran lo suficientemente buenos y
que cada vez ponía menos interés en el trabajo y que sólo iba a cumplir el
horario preestablecido ya que el jefe en sus primeros años de trabajo le
llamaba hasta en días festivos y Matilde ahora aunque quisiese no puede atender
a su jefe.
Matilde se enteró
por el típico boca a boca de todas las empresas que se iba a producir una
reducción de plantilla y empezó a darse cuenta de la situación en la que se
encontraba. Matilde con 32 años y dos hijos estaba embarazada de cinco meses,
su marido por la crisis que ha sufrido nuestro país se quedó sin trabajo ya que
trabajaba en la construcción. En ese momento ella no se podía permitir su
despido y decidió hablar con su jefe y contarle lo de su marido. La respuesta
del jefe fue que pese a sus derechos por la maternidad y las nuevas leyes que
habían entrado en vigor, su puesto iba a ser eliminado pese a la reducción de
plantilla y que al no haber otra persona que fuese a suplir su puesto, tampoco
se podría reincorporar cuando cumpliesen las 16 semanas (4meses) que se conceden por la baja de maternidad.
Matilde finalmente
fue despedida a los seis meses de su embarazo alegando una reducción de
plantilla.
Este es otro caso
de injusticia laboral por parte del jefe contra la mujer en este caso por su
motivo de maternidad.
Según la legislación
española Matilde podría denunciar a la empresa.
Para profundizar en
el caso véase el capítulo 5 y el Anexo I que recopila la legislación española
sobre la maternidad del libro “Asistente de dirección: Crecimiento personal/
excelencia corporativa” Autor. Hernández Urigüen, Rafael
AUTORA: BASABE VELASCO CLAUDIA
Empresas con “filosofía a favor de la maternidad” y prácticas discriminatorias
Este es el caso de
Natividad, una mujer casada y con 2 hijos que estudió la carrera de graduado
social y trabaja en una empresa de decoración. Desempeña el puesto de
administrativa desde hace ya diez años y nunca ha tenido ninguna queja, le
gustaba mucho su trabajo y estaba muy a gusto.
Hace un poco más de
un año se quedó embarazada de su primer hijo. Durante el embarazo todo fue bien
en la empresa: trabajaba a jornada completa y cogió la baja por el embarazo sin
ningún problema. No le dijeron nada sobre lo que podía pasar cuando tuviera el
bebé.
Una vez que dio a
luz y se quiso incorporar a trabajar, la empresa le comentó la opción de dejar
de trabajar a jornada completa y que hiciera solo media jornada. Esto suponía
una disminución del sueldo, el cual no se podía permitir con un recién nacido
en casa, ya que el bebé le suponía gastos médicos e higiénicos, entre otros.
A pesar de que
Natividad tenía todo el derecho a seguir trabajando a jornada completa, la
presión que recibía por parte del directivo era cada vez mayor y le suponía una
agonía tener que decidir qué hacer. No pidió ayuda especial ya que estaba en
todo su derecho de seguir con el mismo contrato de trabajo y la empresa era
consciente de ello.
Tras pensarlo mucho
y hablar con familiares y amigos de confianza, decidió que lo que debía hacer
en su situación era seguir trabajando como hasta ahora: a jornada completa y
con el mismo sueldo y puesto de trabajo. Esta decisión produjo mucha tensión en
la empresa y sobre todo con su directivo.
Ahora, Natividad
está esperando su segundo hijo y cada vez le cuesta más compaginar la vida
familiar y el trabajo, pero tiene la suerte de contar con su marido para que la
situación sea más llevadera en ambos sitos.
En cuanto a la
situación de la empresa, tiene un buen ambiente de trabajo, pero no porque la
empresa hubiese cedido en dejar de presionarla, sino porque le ampara la ley y
tenía el derecho a tomar su decisión.
Esta empresa
siempre había hecho alarde de tener una filosofía favorable a la vida familiar,
y Natividad, en ese aspecto, siempre había estado tranquila. Pero cuando un
caso así dejar de ser una mera filosofía escrita sobre papel y se convierte en
un caso real, cada una de las partes mira por su propio beneficio.
Como reflexión yo
diría que en la teoría se respetan los derechos, pero la visión del empresario
y el trabajador es muy distinta, y es más fácil defender un caso como este en papel que en la vida real. Hay que poner
una visión más humana cuando se trata de un caso real y cuando se tratan de
personas y sus derechos.
AUTORA: CID
ANNE
Políticas de conciliación empresarial eficaces
Natalia terminó los
estudios de Issa en el año 1990. Antes de introducirse en el mundo laboral,
decidió realizar un master en California dedicado al marketing. A su vez,
aprovechando su estancia en EEUU, se sacó diferentes títulos como el
Proficiency y el de Comercial. Además para ayudar económicamente a sus padres a
pagar su estancia, trabajo como profesora de su idioma materno (castellano) en
una academia estadounidense.
Por todo ello,
entre otras muchas más cualidades, podemos decir que Natalia es una mujer
trabajadora, fuerte, aplicada y con ganas de ampliar su conocimiento.
Un año más tarde
regresó a San Sebastián. Desde su llegada se dedicó a encontrar el trabajo de
sus sueños, trabajar en una empresa internacional. Pero comenzó como asistenta
en la Caja Rural.
Natalia estaba muy
contenta en su nuevo trabajo, se llevaba muy bien con todos sus compañeros, a
ser sinceros, la querían, todos hablaban muy bien de ella. Fue aquí donde
encontró su pareja.
Transcurridos dos
años viajo a Londres. Una ciudad de la que guarda muy buenos recuerdos ya que
en su adolescencia viajó varias veces consecutivas con el fin de mejorar su
inglés. En esos veranos, Natalia, tuvo la oportunidad de hacer muy buenos
amigos.
Esta vez decide
volver a Inglaterra con el fin de reunirse con todos ellos. Fue un encuentro
muy emotivo ya que volvieron a vivir de alguna manera su juventud, mientras
contaban anécdotas inolvidables. También compartieron su vida actual, hablaron
sobre su estado civil, familia, pero el tema que tuvo más relevancia fue el
trabajo.
Natalia contó su
breve experiencia como asistenta en la una entidad bancaria española, pero a su vez confesó que a
pesar de estar muy contenta sigue persiguiendo su sueño. Sus amigos intrigados
preguntaron de que se trataba y ella contesto: "Poder tener algún día la
oportunidad de trabajar en una empresa internacional"
Dio la casualidad
que uno de sus amigos, Miguel, trabajaba en uno de los bancos más conocidos del
mundo con la sede en Inglaterra, llamado HSBC. Miguel le dio la gran noticia de
que el banco estaba buscando una segunda asistenta por lo que sin pensarlo dos
veces decidió presentarse a la entrevista.
Por su amplio currículum,
su saber estar y su educación fue la elegida para el nuevo puesto como
asistenta del banco HSBC.
Tan pronto como
pudo, contactó con su familia para informarles sobre la noticia. Esta llevó a
tomar decisiones importantes. Una de ellas; mudarse con su pareja a vivir en
una nueva ciudad, Londres.
Cuatro años más tarde,
Natalia, estaba feliz en su trabajo pero la enfermedad de su marido, Juan, se
cruzó en su vida. Juan comenzó con tratamientos fuertes, por esta razón,
necesitaba más que nunca la atención de su mujer.
Natalia comenzó a
notar un estrés nada beneficioso para su salud, sentía que no podía con todas
sus responsabilidades, por ello decidió hablar con su jefe. Mantuvieron una
conversación sincera, ella le contó la
situación por la que estaba pasando y su jefe la entendió.
Ante esta
complicada situación no tardaron en buscar una solución. Fue el mismo jefe
quién decidió darle la baja ya que entendió perfectamente por lo que Natalia
estaba pasado. A su vez, le dijo que no se preocupara por su puesto de trabajo
ya que no lo perdería.
En suma, le
agradeció todo lo que había hecho por la empresa y reconoció su excelente
actitud en el trabajo.
Natalia solo tenía
palabras de agradecimiento. Fueron estas palabras las que salieron de su
corazón. “Muchas gracias por entenderme, he tenido mucha suerte de tener un
jefe tan comprensivo y tan buena persona como eres tú. Que Dios te bendiga”
OPINIÓN PERSONAL:
Desde mi punto de
vista, el jefe de Natalia a actuado adecuadamente. Pienso que hoy en día quedan
muy pocos directivos que entiendan y se pongan a la altura o en la piel de los
problemas de sus trabajadores.
Pienso que el
objetivo y la excelencia de las empresas no solo está en obtener beneficios y
satisfacer a los clientes sino, a su vez, tener en cuenta a los trabajadores y
de alguna manera satisfacerlos.
AUTORA: DE MIGUEL PEREZ ELVIRA
Denunciar malas prácticas
Susana era la nueva
AD del departamento de marketing de una compañía con más de ochenta años de
historia dedicada a la fabricación de envases.
Su tarea era además de atender llamadas, visitas y organizar reuniones,
llevar la contabilidad y los gastos de su departamento. Su superior era Alfredo, el jefe de departamento, que llevaba
trabajando para la compañía 20 años y por lo tanto era de total confianza para
el gerente, hijo del propietario de la empresa.
Alfredo tenía que
viajar porque llevaba la red comercial por toda España y tenía que presentar a
Susana todas las facturas de los gastos que tuviese en los viajes. Así fue como
ella descubrió la falta de honradez de su superior y la forma en la que se
aprovechaba de la confianza que el gerente
había depositado en él.
Susana llevaba tan
solo un mes trabajando allí cuando encontró un error en una factura y al
revisar el resto se dio cuenta de que la mayoría habían sido trucadas o eran
falsas. Los costes que se encargaba de cubrir la empresa eran de juergas en sus
viajes de negocios, donde corría el champán francés, y compras de regalos para
sus familiares.
En el momento en el
que descubrió esto su moral no le permite seguir consintiendo estos engaños
hacia la empresa. Susana decide hablar con Alfredo para explicarle que esto no
es lícito porque ella se ha dado cuenta de lo que está pasando y su lealtad
hacia el gerente no pasará este engaño por alto. Alfredo debe ser honesto,
devolver el dinero, ofrecer a su jefe una explicación y volver a cuadrar la
caja. Sin mediar palabra, Juan se dirigió al gerente.
Durante la mañana
del día siguiente el gerente llamó a Susana a su despacho para presentarle una
carta de despido por incompetencia. Cuando ella le preguntó por las razones se
dio cuenta de que era consecuencia de su charla con Alfredo y que el gerente no
había sido informado de las facturas amañadas. Ella le mostró sus pruebas y le explicó que no consideraba ético ni
honrado seguir pasando las facturas como se había estado haciendo con la
antecesora a su cargo.
El gerente descubre
que Alfredo no solo se aprovecha de su confianza para despilfarrar el dinero de
la empresa sino que también para impedir ser desenmascarado por la nueva
asistente, última persona en llegar a la empresa. Valoró la honradez de Susana
y su bien hacer por la empresa y decidió hacerle un contrato indefinido
confiando en ella el empeño de otras funciones más próximas a la gerencia.
AUTORA DURÁ FERNANDEZ LEYRE
Siguen los acosos
Sandra estudió
asistencia de dirección hace diez años, no llegó a trabajar en España y se mudó
con su familia a Nueva York nada más finalizar la carrera.
Sandra es una
chica joven, de buen ver, amable, siempre dispuesta a ayudar a los demás.
Su lengua
materna es el Castellano y en la carrera estudió la lengua francesa. Por lo que
nada más llegar a Nueva York se inscribió en un cursillo intensivo para sacarse
títulos de inglés y tener acceso a trabajar, ya que sin títulos no podía
demostrar su conocimiento del idioma. Mientras estaba en el cursillo, Sandra consiguió un trabajo de niñera ya que
de lo que había estudiado no podía encontrar.
Trabajó
durante un año y medio de niñera y estaba muy a gusto, al igual que para la
familia que trabajaba. Dejó este empleo cuando fue admitida para trabajar en
una multinacional, allí mismo en Nueva York, en el área de recursos humanos de
asistente de dirección.
Sandra comenzó
a trabajar con mucha fuerza y energía, ya que siempre le había gustado esta
área de la empresa. Su jefe, Robert, fue muy exigente con Sandra desde el
primer momento, lo que a Sandra no le molestaba y se sentía realizada al acabar
su jornada laboral. Sandra mantenía una buena relación con los demás compañeros
de la empresa, y hasta organizaban cenas de vez en cuando. Ella les consideraba
amigos a todos ellos -incluido a su jefe-, aunque ella era muy diplomática y
sabía separar la relación profesional de la personal.
Cuando Sandra
llevaba trabajando en esta empresa 3 años, Robert empezó a acosarla, a requerir
su ayuda cada dos por tres. Sandra no se sentía a gusto y comenzó a esquivar a
su jefe, aunque realizaba todo el trabajo que él le pedía. Sandra comentó con
su familia lo que le estaba sucediendo en el trabajo y su padre le dijo que
abandonase el empleo y que buscase otro trabajo, ya que con su perfil no
tendría problemas, pero Sandra no quería fallar a la empresa que le había brindado aquella oportunidad de sumergirse en
el mundo profesional.
Llegó el día
en el que Sandra no pudo aguantar los continuos halagos e insinuaciones de su
jefe y decidió abandonar la empresa sin decir nada a nadie y sin dar ningún
tipo de explicación, además cortó todo tipo de relación con sus antiguos
compañeros de trabajo porque se sentía humillada.
● ¿Qué harías
si estuvieses en la situación de Sandra?
● ¿Hubieses
actuado como ella hizo?
● ¿Qué valores
éticos se representan en este caso?
AUTORAS:
FRAILE, IRUNE Y SOTO SARAH
Qué hacer con un compañero alcohólico
Ramón es el responsable de uno de los sectores de una
empresa reparación eléctrica. Tiene a su cargo a cinco personas pero la
relación entre trabajadores es muy buena, Ramón afirma que “ante todo son
compañeros”. Nos habla de un caso que ocurrió hace unos años en su empresa.
Juan es uno de
sus trabajadores que lleva 6 años en la empresa. Nunca han tenido ningún
problema con él. Llegaron nuevas normas a la empresa y esto hizo que Juan
dejase de tener turno por la mañana y pasase a ser por la tarde con otro
compañero. En un principio Ramón no nota ningún cambio en Juan, va a gusto a
trabajar pese a que el horario no le gusta mucho.
Un día, Ramón
llega a la oficina y nota que Juan está un poco raro, los gestos que utiliza al
hablar no son habituales en él y su comportamiento no es como el de siempre.
Durante unos días, Ramón no nota nada fuera de lo normal en Juan pero días más
tarde vuelve a observar que Juan está raro y además le nota que desprende un ligero olor a alcohol.
Ramón, ante
esta situación, se siente un poco perdido. No sabe si hablar directamente con
sus superiores será lo correcto o debería primero hablar con Juan. Finalmente
Ramón Decide hablar con sus compañeros y compañeros de Juan. Habla con
ellos y sus compañeros, hartos de
taparle, confiesan a Ramón que Juan lleva varias semanas llegando ebrio al
trabajo.
Ramón antes de
dar parte a sus superiores decide hablar con Juan. Juan le comenta que no está
pasando por un buen momento pero que le promete cambiar y no beber antes de ir
al trabajo. Juan cumple con su palabra pero esta nueva actitud apenas dura dos
semanas. En este tiempo Ramón vuelve a ver a Juan llegar al trabajo en de una
forma inadecuada.
Ramón le da
una segunda oportunidad antes de hablar con sus superiores. Le aconseja que
vaya al médico y que intente salir de esta situación poco beneficiosa. Ramón
también decide hablar con la familia de Juan para poner entre todos solución a
este problema.
Juan coge la
baja por un mes. Al poco tiempo de volver a trabajar recae y Ramón notifica
esta situación de nuevo. Entonces es cuando Ramón decide no darle más
oportunidades y hablar con sus superiores.
Los superiores
deciden sancionarle suspendiéndole sus tareas del trabajo por un mes, sin
ningún tipo de remuneración. Juan pasa un mes fuera del trabajo. Cuando Juan
cumple el periodo de suspensión se reincorpora a su puesto de trabajo pero una
vez más ebrio. La notificación pasa directamente a las personas con cargos
superiores en la empresa y sancionan nuevamente a Juan, esta vez por tres
meses. No siendo suficiente esta sanción Juan vuelve a acudir en un estado
inadecuado a su puesto de trabajo. Con
su actitud llego al despido pero el problema no acabo aquí. Juan era
sindicalista, y según la ley los sindicalistas no pueden ser despedidos
mientras lo sean. Y en adición, los sindicatos apoyaron a su compañero en todo
momento recurriendo su despido.
El despido
llego al Tribunal Supremo. La sentencia del juez obligaba a la empresa a:
1- Dar una indemnización a Juan por despido
improcedente.
2- Readmitirle en el trabajo con las mismas
condiciones y puesto que tenía hasta ahora por un año.
Juan fue
readmitido en el trabajo. Para la empresa tener a Juan durante un año más no
era lo más cómodo, aun así Juan permaneció en su puesto de trabajo hasta que al
finalizar el periodo de un año volvió a ser despedido por reincidir en su
problema. Esta vez el despido fue totalmente legal.
AUTORA: GARAGORRI SISTIAGA CLAUDIA
Malas prácticas a pesar de ser socios
Tras acabar
sus estudios en ISSA, Pilar inició a trabajar en una empresa de importación de
ferroaleaciones. Esta empresa había sido creada apenas unos años antes de que
Pilar comenzase su trabajo en esta.
La
organización importaba de países como Sudáfrica y Suecia, materiales que se
utilizaban en diversos tipos de empresas de la industria vasca, por lo que el
dominio de idiomas con el que salió Pilar al acabar sus estudios en ISSA le
ayudó mucho a la hora de desempeñar su trabajo.
Dicha empresa
era de dos socios amigos, uno de los cuales de dedicaba a la gestión y hacía de
Gerente, y el otro era el propietario de una empresa de la que necesitaban esa
materia prima para la fabricación de sus productos. Pilar conocía al Gerente
desde hacía muchos años ya que era un amigo de su padre.
Cuando Pilar
comenzó a trabajar, la empresa estaba en sus inicios y empezaban a ganar mucho
dinero, pero nunca mejor dicho que “la avaricia rompe el saco”. El Gerente
empezó a abusar de la confianza de su secretaria, Pilar, y comenzó a realizar
acciones no muy éticas en contra de su otro socio. El Gerente estaba imputando
múltiples gastos personales a gastos de empresa. Éste decía a su secretaría que
no comentase nada de lo sucedido al socio. Pilar empezó a sentirse abrumada y
hasta amenazada ya que el Gerente le comentó en alguna ocasión que si salía a
la luz algo de lo sucedido, ella sería despedida.
Al principio,
Pilar no sabía cómo actuar dada su poca
experiencia en el mundo empresarial. Según el fraude iba aumentando, el Gerente
pidió a Pilar que ocultase cierta información y volvió a amenazarle con
despedirle si contaba algo.
Tras acudir a
su padre y a varios amigos, un día Pilar decidió contarle todo lo sucedido en
la empresa al otro socio. Este agradece su sinceridad y a pesar de que él le
prometió a Pilar que mantendría su puesto, ella decidió dimitir.
Al final,
tras muchos desencuentros, los dos
socios se separaron y la empresa se disolvió.
Pilar, tras
unos meses en paro, encontró un nuevo trabajo en el cual lleva 15 años trabajando
ahí, y está muy contenta ya que en él, valoran su trabajo y en ningún momento
le han pedido que haga nada inmoral. Hoy en día recuerda esa historia como algo
del pasado y se da cuenta de lo bien que
actuó tras darse cuenta de todo lo que estaba sucediendo. En aquella época era
una chica muy inocente y no se daba cuenta de la maldad de algunas personas,
pero de todo se aprende en esta vida, nos comenta sonriendo.
AUTORA: JIMENEZ SANTAMARÍA MARIA ANGÉLICA
¿Mezclar lo sentimental con lo laboral?
Nicol Rivera,
tiene 24 años de edad y trabaja como Asistente General en un Hotel
multinacional de una Ciudad turística cerca de las costas del Caribe. Ella con
su corta experiencia laboral ha ejercido
su carrera por dos años, sostiene una cordial, amable y hasta amistosa relación con sus compañeros y compañeras de
trabajo. Su apariencia física y su
manera de ser un poco extrovertida atraen rápidamente la atención de sus
allegados y como consecuencia se ha
involucrado amorosamente con su jefe superior.
Tras llevar
varios meses de amores clandestinos con su jefe laboral, Nicol comenzó a
mezclar los asuntos laborales con los
asuntos personales hasta tal punto en que cuando su “Jefe” le mandaba a hacer
una tarea en el trabajo y ellos habían
tenido discusiones sentimentales anteriormente ella solo respondía que “NO LO
HARE”.
Su jefe
frustrado por estas acciones y con temor
a crear una “escenita” simplemente opta por encomendarle la tarea a otra
persona generando en si una cadena de disgustos y asosiegas en el ambiente
laboral.
Muchas
personas se están dando cuenta de la preferencia del jefe por Nicol y han comenzado a indagar sobre el asunto.
(Aunque pueden favorecer la motivación laboral, las repercusiones para las
empresas pueden ser negativas) (En muchas empresas está prohibido vincular
laboralmente a familiares directos de los empleados).
Aunque no se
prohíbe en el Código Sustantivo de Trabajo, este le permite a la empresa
generar sus propias reglas al respecto. Importante para que los empleados no
caigan en una violación al contrato de trabajo y se configure una justa causa
para ser despedidos.)
Discusión.
• Claramente estamos enfrentándonos a un caso de Ambiente Laboral,
en donde el personaje principal, Nicol muestra serios indicios de imprudencia
laboral en donde ha mezclado diferentes factores éticos que le podrían costar
caro. Una de las consecuencias de mezclar asuntos laborales y asuntos
sentimentales es que le podría costar
“su puesto” es decir despido por motivos personales.
• Otra consecuencia sería que el “Jefe” se canse
de sus irreverencias y termine con la ruptura
de la relación y con su despido también.
Las posibles soluciones al problema:
• Si Nicol quiere continuar con su relación de pareja y de trabajo debería
mantener distancia y entre su jefe y ella en el lugar de trabajo, y así podrá mantener una relación
cordial en los dos entornos.
AUTORA: MURILLO
OLAIZOLA LEIRE
Definir y defender las competencias. Las
pretensiones de un jefe.
Ana es una
mujer que estudió ISSA desde 1981 hasta
1983 y que hoy en día trabaja como organizadora de eventos y marketing en una empresa de investigación y proyectos
técnicos. Al acabar ISSA, pasó un año en Inglaterra para mejorar su inglés y al
volver antes de encontrar un empleo fijo, se dedicó a suplantar sustituciones
de bajas de diferentes empresas que le llamaban.
Todo comenzó
cuando le llamaron para acudir como secretaria de dirección a una pequeña
empresa dedicada a la venta de maquinaria. El gerente creó una pequeña empresa
compuesta por una secretaria de dirección y dos empleados. El gerente comenzó a
pasar los límites profesionales pidiendo a los empleados asuntos personales que
no tenían que ver con el trabajo e incluso fuera del horario laboral: si el
gerente quería trabajar un domingo, exigía a los empleados pero sobre todo a la
secretaria que acudiese con él. Por mucho que la secretaria intentase mediante
diálogo y entendimiento decirle que no podía disponer del horario personal, el
gerente consideraba que la secretaria debía de estar a su disposición en todo
momento.
Además de
ello, utilizaba a Ana para temas personal como la relación que mantenía con su
novia. Ya que tenía problemas con ella, pedía a la secretaria que dejase la
oficina para que acudiese a entregar cartas que le escribía el gerente a ella
para arreglar sus asuntos. Un día, Ana acude a casa de la novia de su jefe para
entregarle lo que le había ordenado el jefe y la chica ni siquiera contestó a
la puerta. Ella volvió a la oficina con la carta de vuelta y el jefe lo valoró
como si no hubiese cumplido su función de secretaria.
A pesar de que
el padre de Ana le asesoraba con buscarse otro empleo, Ana mientras buscaba
algo mejor, tenía que seguir soportando a aquel hombre; jefe suyo. Para llevar
a cabo su negocio, el gerente tenía que realizar la compra de diferentes
objetos y materiales. Recibía llamadas por deudas que tenía con diferentes
tiendas y para no tener que ir él a dar la cara, mandaba a Ana a realizar el pago
de sus deudas.
Finalmente
gracias a su empeño en buscar algo mejor
y a los consejos de su padre, Ana logró encontrar otra empresa donde
poder ir y por suerte puedo abandonar a su jefe que tanto la necesitaba.
Como
consecuencia positiva de toda esta experiencia, los dos empleados de la pequeña
empresa que también sufrían otro tipo de abuso y la secretaria hicieron una
gran amistad compartiendo los problemas y apoyándose entre ellos. Hoy en día,
tras 30 años, siguen manteniendo buena amistad y en todos los encuentros que
tienen, se mofan de aquella experiencia que tuvieron y de la situación que
tenían. Agradecen lo que aprendieron de aquella situación, viendo la falta de
experiencia que tenían.
AUTORA: PRADERE
LIZARRAGA MARÍA
Un
hijo con síndrome de down
Laura tiene 44
años. Desde hace 14 años trabaja como asistente de dirección en un bufete de
abogados. Está casada desde hace 15 años con su marido y tiene dos hijos: Pablo
y Miguel, de 10 y 5 años.
A los pocos
meses de nacer Miguel descubrieron tras varias pruebas médicas que padecía la
enfermedad llamada “Síndrome de Down”.
Desde ese momento tanto Laura como su marido fueron conscientes de los
cuidados que iba a necesitar Miguel. A medida que Miguel iba creciendo, su
dependencia para las actividades diarias se hacía cada día mayor y la atención
que requería también.
Un día Laura
se dirigió al despacho de su jefe para hablarle de la situación por la que
estaba pasando su familia. Ésta le comentó que su hijo pequeño requería
muchísima dedicación y atención debido a su enfermedad y que con los horarios
de trabajo que tanto su marido como ella tenían, no podían atender a su hijo
debidamente. Por ello Laura le pidió a su superior una reducción de jornada y
por tanto, de sueldo.
El jefe de
Laura considerando la postura en la que se encontraba su asistente y la amistad
que les unía, le concedió un horario de media jornada y además, no le redujo el
sueldo si no que se lo aumentó un 10% debido a su antigüedad en la empresa y el
costo de los tratamientos que iba a necesitar su hijo.
Así Laura pudo
proporcionar los cuidados y tiempo que requería Miguel y su enfermedad y la
subida de sueldo ayudó en gran medida en la financiación de su tratamiento.
Discusión
El comportamiento del jefe de Laura ante el
problema de su asistente es ejemplar. El superior podría haber prescindido de su asistente y haber
contratado a una más joven que por más horas de trabajo recibiese un sueldo
menor. Sin embargo, comprende, ayuda y facilita la vida a su compañera en
medida en la que él puede.
AUTORA: SANCHO ORTEGA LAURA
Justicia: no dejarse explotar
Teresa acaba de
finalizar sus estudios universitarios y lleva tres meses trabajando en una
empresa madrileña dedicada a la importación y exportación de mercaderías.
Comenzó su primer día de trabajo con ilusión y motivación. Ella considera que
está muy bien cualificada y que afrontará las tareas que le sean encomendadas
sin dificultad.
Recién llegada a la
empresa se reúne con el director de la misma. Este se encarga de asignar a
Teresa las tareas que tiene que realizar y le sitúa dentro de la empresa.
-
¿Cuáles fueron las tareas que le encomendó
su jefe?
Fundamentalmente, responder llamadas, gestionar su
agenda, hacerme cargo de la contabilidad de la empresa y ser su intérprete a la
hora de negociar con directivos de empresas de habla alemana.
-
¿Tuvo algún problema o le supuso algún tipo
de dificultad la realización de estas tareas?
En un principio no, pero pasado el primer mes las tareas
se me empezaron a acumular y eran cada vez de mayor responsabilidad. Decidí
organizar mis labores pero aun así las horas de trabajo no eran suficientes
para la realización de mis funciones. Durante los dos primeros meses trabajé
más horas de la cuenta.
-
¿Estas horas extras le fueron
recompensadas?
En absoluto, ni económica ni personalmente. Día a día mis
horas de trabajo se alargaban en tres horas más de las pactadas en mi
contrato.
-
¿Cómo se sentía dentro de la empresa?
Me sentía infravalorada a pesar de que se me exigía más
de la cuenta. Al parecer, era la única empleada de la empresa que manejaba el
idioma alemán y, como consecuencia de ello, mi jefe me hacía responsable de
todo trámite de negociación con las empresas alemanas.
-
¿Esta presión laboral le acarreó problemas
personales?
Sí. Durante los dos primeros meses sufrí estrés y
ansiedad. Mi cargo suponía afrontar muchas responsabilidades y esto me
satisfacía pero desde mi punto de vista, la confianza que depositó mi jefe en
mí se convirtió en una explotación hacia mí, como empleada, de la que no recibí
ninguna compensación económica ni agradecimiento.
-
-
¿Cuándo decidió comunicarle su situación a
su superior?
Cuando mi situación personal comenzó a empeorar a raíz
del estrés y la ansiedad.
-
¿Cómo reaccionó su jefe?
Para mi sorpresa, reaccionó con pasividad. No me puso
ninguna pega y apenas hizo comentarios al respecto de mi queja. Dos días después de reunirme con mi jefe, una
nueva empleada pasó a formar parte de la empresa. De un día para otro mis
tareas se redujeron al mínimo y fue ella quién paso a ocuparse de las tareas
esenciales.
-
¿Qué hizo usted ante esta situación?
Presente mi dimisión voluntaria. No me sentí ni
respetada, ni escuchada, ni si quiera valorada por mi jefe.
-
¿Cómo terminó todo?
Decidí dejar la
empresa y enviar currículos a otras empresas que estuviesen dispuestas a
tenerme en consideración.
-
¿Le costó superar la situación?
No, apenas tenía experiencia laboral y me veía con
posibilidades de emprender otro trabajo que se adaptase mejor a mis valores y
funciones como asistente de dirección.
-
¿En qué trabaja usted actualmente?
Soy asistente de dirección en la empresa X. Me encuentro
contenta y realizada.
AUTORA: VITORIA, ANA
Empresas que apuestan por la maternidad y la
conciliación
Hace 4 años Arantxa
X, ex alumna de ISSA trabajaba 10 horas al día en una empresa de Lekumberri. En
2010 decidió cambiarse de trabajo ya que se iba a casar y quería formar una
familia y esta empresa no le concedía la compatibilidad que ella quería para
formar una familia.
Actualmente trabaja
en una sociedad anónima, una pyme que se encarga de la producción de plásticos.
Como ya he mencionado antes se incorporó a esta nueva empresa en 2010, y en
estos ultimo 4 años se ha casado y ha tenido un hijo.
En este caso podemos
analizar la baja de maternidad y
reducción de jornada que le concedieron a Arantxa ante su nueva situación
familiar.
Tras dar a luz a su
hijo obtuvo una reducción de jornada del 33% concedida por la empresa con un
horario flexible.
La empresa le
concedió la baja por maternidad sin ningún problema.
Un mes antes de que
naciera el niño se cogió la baja de un
mes debido a que el trabajo le resultaba muy pesado durante el ultimo mes de
gestación. Tras el nacimiento de su hijo obtuvo una baja de 16 semanas, la que concede el estado, además la empresa
le dejó juntar las vacaciones por lo que
obtuvo un mes más y también pudo agrupar las horas de lactancias y obtuvo dos
semanas más.
Además durante el
primer año de maternidad la empresa le proporcionó un horario flexible (de 11 a
5), el segundo año el horario también se le modificó y actualmente trabaja de
(9 a 3). Gracias a esto consigue compatibilizar la familia con el trabajo
perfectamente.
Aunque esta
empresa no dispone de una filosofía
favorable a la vida familiar, podemos afirmar que en todo momentos se mostro
flexible y actuó adecuadamente, ofreciendo mucha flexibilidad y compatibilidad.
Sin embargo,
Arantxa, piensa que las leyes del país
no protegen lo suficiente las
posibilidades de trabajar profesionalmente en el ámbito del secretariado y
managment assitance y dedicarse suficiente a la familia. Ella cree que la baja
de maternidad debería ser de una año ya que el primer año es muy importante que
el recién nacido lo pase con la madre. Pero este no es problema de la empresa
en al que trabaja sino del Estado que no proporciona suficientes subvenciones a
las empresas.
AUTORA ZARZA TOYAS, MAGDALENA
Persona
entrevistada: Magdalena Toyas Jalón [ISSA 87]
La figura del asistente de dirección en una
empresa familiar
Magdalena es
secretaria de dirección. Comenzó ISSA después de acabar un grado superior de
administrativo. Empezó trabajando en la
empresa familiar desde abajo. Le enseñaron a archivar con 14 años y de ahí en
adelante, cada verano, se le asignaba una tarea simple y sencilla con las que
iba aprendiendo el valor y la importancia del trabajo.
Tras acabar el
grado de administrativo, y después de llevar tres años trabajando en la empresa
como contable, decidió ampliar su formación y vino a ISSA a estudiar
secretariado de dirección. Mientras estudiaba seguía llevando gran parte de la
contabilidad de la empresa.
Cuando se graduó y
a pesar de que su padre le animó a que buscara un trabajo fuera de la empresa
familiar, tomo la decisión de seguir trabajando con su familia. Durante más
de 10 años trabajó codo con codo con su
padre, hasta que años después se cerró la organización. Magdalena afirma que
trabajar en una empresa familiar es algo totalmente diferente y muy especial.
Ella creció a la vez que crecía la empresa.
Asegura que,
además, fue consciente de cómo la toma de decisiones afectaba a la marcha del
negocio. En muchas ocasiones ella estaba involucrada en estas decisiones, ya
que se le preguntaba su opinión. Añade que se trabaja de otra manera, eres más
responsable de tus actos y ayudas en todo lo posible para que la empresa salga
adelante. El trabajo de Magdalena consistía en organizar las ferias de muebles
en las que presentaban a los clientes sus productos pero sobre todo se
encargaba de la parte financiera: contabilidad, balances y las gestiones con
los bancos, entre otras tareas.
Añade que en una
empresa familiar, aunque sea grande, acabas echando una mano en lo que se
pueda. Su figura como secretaria de dirección tuvo una gran importancia en la
pequeña expansión internacional por la que apostó la empresa. Nos trasmite
también que trabajar con tu familia tiene inconvenientes. Para ella el peor
momento fue cuando cerró la empresa, fue un periodo difícil para toda la familia,
no solo por los puestos de trabajo, si no por todo lo que significaba el
negocio para ellos.
Como ella misma
dice: “era algo que nos había dado muchas alegrías pero también nos había
costado mucho esfuerzo, era algo de la familia, casi un miembro más”. Otro
inconveniente, para Magdalena, de trabajar en familia era que algunas veces los
enfados del trabajo se llevaban a casa, aunque eran las menos.
Para Magdalena fue
una la mejor experiencia laboral que ha tenido, por todo lo que aprendió y
porque se sentía parte de un gran proyecto como era la empresa familiar.
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Para México a Dña. Gricel Arjona Mújica, fundadora de la Asociación Mexicana de Secretarias y
Asistentes Administrativos, A.C. (AMEXSAA) y que desarrolla programas
formativos para secretarias en la ciudad
del Carmen, Campeche, México
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